Las abejas obreras libran;
hasta los zánganos saben volar,
la reina es la esclava.
Sin tener siquiera un nido
el pájaro llamará hogar al mundo:
La vida es tu tarea.
Los brotes florecen y
mueren;
trae el viento nieve o mariposas,
la piedra no repara en ello.
El tigre sabe sonreír;
la serpiente dirá que te quiere;
las mentiras nos vuelven malos.
martes, 1 de abril de 2014
Parado
sábado, 30 de noviembre de 2013
La luz
El otro dia mi pueblo se quedó a oscuras. No se porque la gente relaciona la oscuridad con la falta de vida. No entiendo porque no salen a la calle. La perdida de la luz nos da otra perspectiva a la par que nos quita la vision. Nos libera de la esclavitud de las maquinas, de los objetos. Nos brinda tiempo para pensar, para divagar por la imaginacion. Con los ojos cerrados o sin ellos, a oscuras se puede soñar despierto. La oscuridad libera tu mente. La oscuridad no mata. Prueba de ello es que al final de la vida, es una luz lo que se ve al final del tunel.
lunes, 18 de noviembre de 2013
Aire
Llegó la hora.
He de dejarte a ti.
No puedo salir arriba contigo de la mano, contigo en mente. No puedes ayudarme ya mas, no porque cada vez que me dabas un globo, al agarrarlo se duplicaba en un grillete. He de ir solo ya de aquí en adelante, no puedo aceptar ya nada más de ti. No niego que nunca me quede un resquicio de duda sobre lo que fuimos, y podríamos ser, pero ahora necesito ser yo. Un yo independiente que se libre de todo lo que lo lastra, y por eso he de dejarte en el mar. He de salir del baúl de los recuerdos, secarme la ropa, las lagrimas y volver a caminar por la puerta al mundo exterior. Estoy preparado para ello. Ya no sé como estas tú, ni siquiera si necesitaras de mi alguna vez, pero creo que sabrás tan bien como yo cuidarte de ti misma (que no es mucho, pero tampoco es poco.). Yo ya me voy, ya veo la luz, ya se ve la claridad translucida del agua.
Espero que, algún día, podamos reabrir el baúl y reírnos de la arena que no supo flotar en el mar.
martes, 12 de noviembre de 2013
Bajo el agua.
Bajo el agua continuo, ahogado sin poder respirar, con los pulmones ya
encharcados y la mente nublada. No puedes decir lo que quieres, no puedes
actuar como quisieras. La hipoxia no me lo permite. Solo puedo ya mover los
ojos de un lado a otro y ver como todo sigue hundiéndose lentamente.
Poco a poco la vida de los objetos se desvanece a la par que se pierden en
la oscuridad de las profundidades marinas. Mientras tanto, pequeñas burbujas de
aire corren por su vida hacia arriba, sabiendo que son libres ya de las paredes
que las confinaban. Corren hacia la luz, mientras yo espero que la oscura noche
llegue bajo el agua.