El fondo del valle.
Lo vives en tercera persona. Ves como tus actos, inconscientemente te llevan
a una situación. Ves como te vas autodestruyendo. Pero no puedes hacer nada.
No te puedes controlar y avanzas hacia el precipicio como un tren de vapor
sin maquinista. Ya ves la luz al final del túnel; incluso vislumbras las
siluetas que se ocultan tras el haz de luz. Ya has estado allí. Has estado en
el fondo del valle, donde las flores son marchitas y apenas llega la luz del
sol, allí donde habitan las frías bestias de ojos negros.
Recuerdas lo que te costo salir. Lloras por no volver al cenagal de las
almas grises. Sabes que como tú, muchos han sido capaces de salir, pero
recuerdas haber visto los esqueletos metalizados y las almas destruidas por su
propia oscuridad. No quieres volver allí, pero no hay mas remedio que caerse
para algún día, volver a ponerse en pie.
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