¿Y a los malos?
El aire te pesa en los pulmones, las sombras del pasado te abrazan y no te
dejan respirar. Es difícil mantenerse en pie; la cabeza te da vueltas y te
sientes mareado. La carga que llevas sobre tus hombros cada día te lastra mas. Se
complica incluso levantarse de la cama. Ya va siendo hora de tirar de la manta
y quitarse el lastre. Ya es hora de dejar de ser el tío majo que anda ayudando
a todos. Las buenas personas no se valoran; los cachos de pan se tiran a las
palomas y los bizcochos se comen para desayuno. Ya vale de ser bueno.
A la gente buena le ocurren cosas malas constantemente.
Leave a Reply